Shaddai Eves es una estudiante de Comunicación Social de la Universidad Católica Santo Domingo. Aunque nacida en la capital de la República hace 20 años, se siente más cibaeña por los orígenes de su padre, de Cabrera, pueblo perteneciente a la provincia norteña María Trinidad Sánchez. Esta creciente comunicadora, se reserva otras pasiones más allá del periodismo. Ahora, en el término de su carrera universitaria, entre risas y el verdor ambiental de su Alma Máter, Eves revela una retrospectiva a su pasado y un vistazo a su futuro.
Observando a las personas pasar, la joven arregla su larga cabellera castaña. Tras saludar verbalmente, dice que para tratar de describirse desde el punto de vista de otra persona, tendría que haberse preguntado alguna vez qué opinan los demás de ella y que con sinceridad, son preguntas que no se había realizado hasta esta ocasión.

Afirma que es transparente más no accesible. “No ando inventado e idealizando un concepto de mí que es inexistente. Pero tampoco es que soy un libro abierto que todos pueden leer.” Entre esos detalles que se guarda para sí misma, piensa que hay partes que son más profundas e interiores en la vida de uno, que comprenden nuestros sentimientos, nuestra vida familiar o relaciones de amistad pues “son cosas que tienen un cierto cuidado y en las que se necesita velar por la privacidad”.
Sin embargo, la moneda no tiene solo un lado y tras exhalar, comenta que sí hay facetas que muestra al mundo de su persona. “Por ejemplo que me gusta cantar, que me gusta la luna, que amo mi carrera y eso me encanta.”
El arte siempre ha estado presente en sus venas. Cuenta que cuando pequeña incursionó en el jazz dance, en las reconocidas academias Ballet Concierto Dominicano y en el Centro de Danza Belkis Sandoval. En el teatro, explica sonriendo que en sus años escolares siempre la llamaban para obras escénicas y en el cine, se le abre la posibilidad desde el momento que un profesor de cinematografía le dijo recientemente: “tienes un rostro muy expresivo”. “Ya en el canto, aunque nunca he ido a ninguna academia, mucha gente dice que tengo un gran talento para la música y pertenezco a un coro también”, comenta alegremente.
Acomodándose, de manera muy entusiasta recuerda como la fusión de las actividades expresivas y su interés por los medios, la llevaron a esta elección vocacional. “Para mí “comunicar” es arte, también yo sentía cierta atracción por los medios de comunicación, la radio por ejemplo”. La secundaria fue el periodo donde encontró una carrera que fungiera como común denominador para todas esas aficiones. “En mi afán yo estaba tratando de buscar en secundaria lo más cercano a todo eso que me gusta y comunicación social fue lo más ideal y viable.” Apasionada, al final optó por el camino de las letras, incluso aunque para su familia fue un choque, porque ellos son todos de negocios, contabilidad, administración, economía y ella (se llama a sí misma): “¡La variable z!”

Su porvenir se enlaza con su estrecha cercanía a sus habilidades artísticas, siendo así que exclama: “De no ser estudiante de comunicación, creo que me hubiese formado en las artes, principalmente en la actuación y el canto, más un agregado espacial!”
Dotada de tantos talentos, al pensar en su futuro, mira a los lejos y se le dificulta ser precisa. Yéndose directamente al ámbito profesional, expresa que se visualiza haciendo lo que ama y trabajando de lleno para ello. Se ve como una “chica exploradora en el futuro” porque siente que estará tocando o pasando a través de algunas áreas del periodismo ajenas a lo que le gusta y realizando pasantías en medios hasta internacionalmente, descubriendo la esencia del quehacer.
Con un canal en Youtube y varios covers publicados en su cuenta de Instagram, la estudiante de Comunicación Social no descarta la posibilidad de transformar su pasión musical en su profesión. “Actualmente la música es el hobbie que más me gusta, disfruto escucharla, tocarla… ¿Quién sabe? El futuro es demasiado incierto, no desestimo la idea de hacer música profesionalmente, es algo que puedo hacer porque se me da bien, nadie sabe si más adelante estoy viviendo de eso.”
