
Como todos los años, el Super Bowl es el evento deportivo más esperado de la Liga Nacional de Fútbol Americano. Además de ser el partido final, es reconocido por la franja de espectáculo en su medio tiempo. Este 2020, el domingo 2 de febrero en Miami, la tarima la dominaron dos artistas de larga trayectoria discográfica, que colocaron en alto sus raíces latinoamericanas.
Una cortina de luces se abre para mostrar el redondo escenario. Una x formada de bailarines danzan y sobre la plataforma, Shakira introduce los próximos 14 minutos con ritmos orientales. “¡Hola Miami! “, saluda la artista dos golpes de caderas después.

Con un “let’s go!” arranca el show. La intérprete colombiana de “Waka Waka”, inicia con la melodiosa “She Wolf”, sacudiendo sus cortos flecos rojos por toda la circunferencia. De pronto, los instrumentos se silencian, las luces se apagan y unos cuantos violines ahora dan paso a “Empire”, canción que hace saltar al público con los acordes rockeros interpretados por Shakira.
El escenario ahora se iguala al color de su vestido. Suenan tambores del Medio Oriente. La guitarra eléctrica es sustituida por una soga en el cuello de la cantante para hacer un espacio de la emblemática danza del vientre. Suelta el accesorio e interpreta “Whenever, Wherever”, de su álbum Laundry Service, con el que se introdujo al mercado norteamericano.
Contados 4 minutos de espectáculo, el cantante puertorriqueño Bad Bunny sorprende para hacer la contraparte de “I Like It”. Continuando con la vibra latina, “Puro Chantaje” y “Callaíta”, son tocadas a modo de salsa.
Las trompetas se tocan al aire y suena la reconocida “Hips Don’t Lie” de Shakira. La vocalista se deja caer en el mar de manos. Dada una vuelta, sube nuevamente al escenario, donde culmina su performance abrazada de sus bailarines.
Todo se torna oscuro pero una brecha de luz aparece lentamente en la cúspide de unos escalones. Desde allí, agarrada del tubo, entra JLO. “Hello Miami!” desprende exclamativamente. A continuación, se retira una falda rosa, descubriendo su ajustado atuendo y arranca su intervención. Recordando sus orígenes en el Bronx, abre con “Jenny From The Block”.

En su recorrido por los 2000’s, continúa con el hip-hop “Get Right” que pone a danzar a la audiencia. Unos segundos más tarde, la atmósfera se vuelve azul, el escenario es adornado con tubos de pole y la Diva del Bronx descubre su silueta con el track “Waiting for Tonight”.
Avanzada la intervención, interrumpe sorpresivamente el urbano colombiano J Balvin con la música movida de “Qué Calor”, que luego se fusiona con la actual “El Anillo Pa’ Cuándo?” de López. Más tarde, el antro se colorea con “Mi gente”, melodía con la que sale e escena.
La energía de los espectadores se hace sentir con el éxito de JLO del 2010 “Get On The Floor”. Súbitamente, bajan las luces y solo se escucha una voz femenina a capella, que resulta ser, nada más y nada menos que: ¡la hija de Jennifer López, Emme Anthony!
A su interpretación, se le une un coro de niñas, Shakira tocando la batería y el regreso de su mismísima madre, quien llama a la cultura latina y representa a su vez, sus orígenes de la Isla del Encanto al llevar una capa estampada de su bandera.
En los momentos finales, las presentaciones de las dos estrellas se vuelven una. Ambas brillan a la misma altura de un pedestal, abrazadas. Con un intenso «Goodnight Miami!» despiden la multitud.





